top of page
Uno de los principales rasgos característicos de la civilización humana es la decoración, tanto la de uno mismo en forma de complemento, ya sea collar, pulsera, anillo o pendientes, como la de los lugares que habitamos. Antes que la domesticación de animales o plantas, o incluso antes que el comienzo de la sedentarización de los primeros pobladores, ya trabajábamos artesanalmente minerales, semillas, plantas y otros elementos naturales para decorar y pintar los lugares que frecuentábamos o nuestro propio cuerpo.
La decoración y la bisutería es algo místico, trascendental, algo que esta mas allá de la comprensión humana, un rasgo plenamente necesario que nos define, nos personaliza y nos da un lugar en el mundo.